Viggo Virnnov era hijo de madre rusa, su padre era checo y había vivido siempre en Praga. Con Anna se conocían desde niños.
Viggo tenía un carácter alegre y conciliador, aunque firme de convicciones; de muy buen porte, Viggo miraba el mundo a través de unos ojos claros y soñadores. Era muy artista y disfrutaba del teatro al igual que Anna. Su padre había sido hombre de negocios y desde su muerte, Viggo llevaba además el negocio familiar de producción de vidrio soplado y cerámica hecha a mano.
Viggo había conseguido que Luka le adjudicase un papel en la obra para poder viajar junto a Anna y estaba gestionando un contrato por todo un año para una obra con una compañía germana que operaba también en Rusia.
Viggo era un gozador de la vida, lo que lo hacía muy colaborador. Me tenía gran afecto y habría estado la noche dedicando su tiempo si era necesario por algo que Anna y yo le pidiésemos.
